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miércoles, 26 de diciembre de 2012

¡Houston, tenemos un problema!

La falta de información, la ignorancia, los descuidos... crean problemas de comportamiento en nuestros compañeros de cuatro patas como puede ser la agresividad, ansiedad por separación, descontrol de esfínteres etc. ¿Cuándo se convierten en problemas? ¿Cómo podemos evitarlos? ¿Qué hacemos si tenemos algún problema?

Muy a menudo observo problemas de comportamiento que los dueños no reconocen porque dicen no molestarles o porque han aprendido a convivir con ellos. Un ejemplo podría ser el del perro que ladra cada vez que suena el timbre y su dueño no le da importancia diciendo que se acostumbró a vivir con esos ladridos. Otro ejemplo, todavía más típico, el del perro que gruñe a otro perro pero como no sucede nada y el gruñido es pequeño no tiene  le dan importancia. 

Si hablas con los propietarios, la mayoría te dirán que el problema surge cuando no pueden controlarlo pero no piensan que un mal comportamiento comienza con pequeños detalles que podemos evitar y con comportamientos que controlándolos no les damos importancia. Un ejemplo de comportamiento controlado podría ser el gato con pocos meses que juega con nosotros a mordernos las manos pero al no tener dientes no hace daño. Este comportamiento controlado se podría evitar terminando el juego cada vez que mordía, jugar con otros juguetes... pero sin embargo "como estaba controlado" no lo evitamos. Cuando sus dientes han crecido y tienen más fuerza el comportamiento ya no es controlado: tenemos un problema.
Hasta ahora estamos hablando de problemas y todo el mundo sobreentiende que son malos comportamientos. Pero el concepto de mal comportamiento es muy relativo, depende de cada persona: para una poco amante de los gatos o que nunca a convivido con ellos puede que un gato subido a una mesa le parece un mal comportamiento, sin embargo, un amante de los gatos o una persona que ya tiene experiencia el hecho de que un gato se suba a una mesa no le será ningún problema. Para los animales no hay comportamiento incorrecto ya que todo lo hacen por alguna razón, hay comportamiento mal visto por los propietarios. En el ejemplo anterior, el gato que se sube a la mesa no haría un comportamiento incorrecto ya que su naturaleza le pide permanecer en lugares altos, explorar los objetos que dejamos... 
Siempre que aparezca un problema debemos pensar bajo el punto de vista del animal y así llegaremos al origen. No se puede solucionar un comportamiento si no sabemos la causa, sería poner un parche que más tarde volverá a romperse. Realmente, un buen profesional debe trabajar en el origen, no en el problema. Existen tantas causas como propietarios y no podemos numerarlas todas.
Un caballo que cada vez que le montas pega un bote deberíamos saber primero cual es el origen para solucionarlo: una mala doma, miedo, mala sociabilización... y una vez que sepamos el origen  debemos trabajarlo y prácticamente solo el comportamiento que nosotros no queremos desaparecerá.

Me atrevería a decir que en el 99% de los casos es el humano quien provoca el conflicto. Un "mal comportamiento" significa que quieren decirnos algo, puede ser desde algo como que necesita más ejercicio o más personal como que debemos ser más respetuosos, más concientes... ¡siempre quieren decirnos algo! Los animales son nuestros reflejos y muchas veces un "comportamiento malo" nuestro puede estar reflejado en nuestro animal creando ese conflicto. 
Otro punto importante es el de reflejar lo que queremos no lo que no queremos. En vez de pensar "no quiero que mi (lo que sea) haga esto" si no "QUIERO que mi (lo que sea) haga esto y lo vamos a conseguir" 
Pero sobretodo si tenemos algún problema debemos llamar al profesional. Debe ser alguien que nos de confianza, que nos guste su forma de trabajar y en general que estemos agusto. Siempre es mejor alguien con experiencia, cercano a donde vivimos para que pueda hacer un mejor seguimiento, que trabaje con métodos positivos. Si tienes la oportunidad habla con algún cliente y te explique  su experiencia. 
No solo debemos contactar con los profesionales cuando aparece el problema si no antes para que nos aconseje y guíe. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Barefoot: caballos sin herraduras

 Actualmente casi todos los caballos llevan herraduras pero ¿realmente las necesitan? Hablaremos de una práctica conocida como barefoot que significa "pies descalzos".


Es muy común ver a caballos con herraduras, a muchas personas les han inculcado esto de manera  que parece su uso algo imprescindible. Su función principal es la de evitar el desgastes del casco o en algunos casos para corregir una deformidad.

El origen de las herraduras no está del todo claro, algunas teorías dicen que IV y II a.C mientras que otros apuntan a que aparecen en Europa durante la Edad Media para evitar que se le cayeran los cascos cuando los caballos de los caballeros tenían que vivir durante meses en establos llenos de excrementos cuando sus castillos estaban sitiados. 


Olvidamos, una vez más, que el caballo nació para estar en libertad y que en estado salvaje no lleva ningún tipo de hierro ni ayuda en sus cascos. Sin embargo, la domesticación y en definitiva el tratar a los caballos para nuestro uso ha creado ejemplares con cascos cada vez más débiles, menos resistentes.

“De los 122 millones de caballos domésticos que se encuentran en el mundo, el 10% (12,2 millones) son clínicamente sanos, otro 10% no se pueden montar debido a su cojera clínica y el 80% restante (97,6 millones) presentan algún tipo de cojera y no podrían pasar un test de cojera”(1)

Sin embargo a partir de 1985 surge el movimiento barefoot en Estados Unidos que se basa en el cuidado natural del caballo. 
El casco sin herraje, con su firmeza y flexión, puede absorber un impacto de hasta 900 kilos. Pero la herradura le quita la flexibilidad al casco, anulando el 75% de su capacidad para absorber el impacto.(2)
Se producen un sobrecrecimiento que afecta a todo el aparato locomotor. Provoca un extensión extra de los tendones y ligamentos por su peso adicional.  
Si queremos un caballo sin herraduras debemos esperar un período de transición de hasta un año en el que no debe ser trabajo, es por esto por lo que muchas personas (especialmente de alta élite) no quieren perder este tiempo en quitar las herraduras. Hay que tener en cuenta que a largo plazo la salud de nuestro caballo mejorará.
Para la adaptación es necesario que una vez esté quitado la herradura camine por terrenos blandos (como puede ser una pista de picadero) y poco a poco ir aumentando la dureza del terreno. Al principio puede producirle dolor y cojera ya que su casco es mucho más sensible.
Es importante que cualquier duda sea consultada a un veterinario o a un podólogo. 

Bibliografía:
(1) http://www.aanhcp.net/jaime%20esp.pdf
(2) http://www.alexbrollo.com/alexandra/las_herraduras.html

http://www.alexbrollo.com/alexandra/las_herraduras.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Herradura