Páginas

miércoles, 14 de marzo de 2012

Flor

Un día cualquiera y una llamada más. Un aviso a última hora de la tarde cuando estás agotada y crees que ya es hora de descansar.

Pero hay una fuerza, o una energía o un “no se que” que decide por ti, y antes de que te des cuenta estas montada en furgoneta, habiendo arreglado al resto de animales a toda prisa, y habiendo preparado un equipo de rescate para…

Un abandono más.

¿La especie? eso es lo de menos. Siempre es un ser que sufre, que estará aterrorizado, quizás herido o moribundo.

Un animal al borde de una carretera, 3 días mínimo postrado de la misma postura, pero con la cabeza erguida, viva…

Al cerrar la puerta di gracias por haber ahorrado ese dinerín y haberlo invertido en una furgoneta, sin este vehículo, esta herramienta de trabajo, poco podríamos hacer.

A veces parece que el destino te pone miguitas de pan y siguiendo al corazón se encuentra rápidamente la casa segura y buscada.

En este caso, entre la oscuridad de la noche, teléfono en una mano y linterna en la otra, viendo posición indicada por la persona que nos avisó, sorteando a los vigilantes de seguridad que guardan fábricas y negocios pero que no se percatan de este abandono…

Estaba tirada. En mitad del campo.Inmóvil.Temblando de miedo y de frío.

Mirada débil y temerosa, sabe que podemos ser un humano malo como los que seguro ha conocido. Pues en el mundo en el que viven estos animalitos utilizados para la explotación de carne o pelo-lana, no son gente muy amable o compasiva con su “mercancía”.

La débil oveja viajó con nosotros al hospital veterinario, se la ha tratado y hoy sigue en recuperación.

Viene anémica, tiene parásitos gigantes dentro de sus vías nasales y posiblemente en cabeza, escaras. Su oreja desgarrada para arrancar su identidad, así nadie acusará al que fuera “su dueño”. Su extrema delgadez de tantos días sin comer. Heridas de estar tanto tiempo postrada. Y el cansancio del que ya no tiene energía ni ganas de luchar, total, ¿para qué?, ¿para que la vuelvan a tratar igual?

Flor no puede andar, ni siquiera levantarse.

Y aunque es totalmente dependiente, pues tiene que defecar y orinarse en su camita, come y bebe cuando nosotros (SIEMPRE) estamos pendientes, es una paciente excepcional.

Mirando esa carita de ángel, nos viene el pensamiento de que no todos somos iguales, al igual que cada oveja tiene su personalidad, cada perro sus preferencias, cada gato su carácter y cada humano sus ideales, Flor, ha llegado al santuario demostrándonos que la bondad y la nobleza no son características solo de algunos humanos. Ella, toda ella es amor y paz.

Flor rumia feliz alfalfa, aquí ha descubierto la delicia que es el pan, la suavidad de las caricias y lo curioso del besar.

En este, su alojamiento, donde vivirá arropada y cuidada el resto de su vida, cada individuo cuenta como un TODO. Y así se lo mostramos cada momento para que olvide lo que tuvo que pasar, historias que superan la ficción y que jamás no nos podrá contar.

En nombre de todos los habitantes del Santuario-escuela os damos las gracias por estar a nuestro lado y hacer posible que sigamos existiendo y dando una vida digna a tantos seres que lo necesitan.

Hay una Flor mas en este bello jardín. Y gracias a socios, padrinos y amigos de la asociación la ovejita podrá tener todos los cuidados necesarios para su recuperación.
Os pasamos el enlace del primer día en el Santuario, pronto, esperamos poder alegraros viéndola caminar:



Si te ha gustado su historia, nuestra historia, considera hacer un donativo para ayudar con los gastos veterinarios que tiene Flor. Porque todos somos parte de su nueva familia, y todos tenemos que apoyarla y cuidarla para que pueda hacer una vida normal.

Y cueste lo que cueste, esta linda Flor podrá caminar en busca de suculenta hierba. Como el resto de las ovejas.


ENLACEhttp://www.elhogardeluci.org/blog-del-santuario/2012/02/27/una-flor-en-el-campo/

No hay comentarios: