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lunes, 19 de diciembre de 2016

Amar a los animales es bueno para nuestra salud

Como neuropsicóloga, he podido darme que cuenta que la empatía y la conexión con los animales es una parte importante de nuestro desarrollo social. Pero, ¿los animales realmente pueden mejorar nuestro bienestar?
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En los años 70, la investigadora Erika Friedmann y sus compañeros hicieron un descubrimiento pionero. A través de un seguimiento de 92 pacientes que dejaron la unidad de cuidados coronarios tras ingresar por problemas del corazón, los investigadores quisieron averiguar cómo el apoyo social afecta a estos pacientes un año después de salir del hospital. Encontraron que, mientras solo el 72% de los pacientes que no convivía con animales sobrevivió al final del año, el 94% de los pacientes que tenían animales logró superar con vida ese año. 
Independientemente de otros factores que fueron estudiados, la presencia de animales de compañías incrementó su esperanza de vida tras un ataque cardiaco. Ni si quiera el apoyo social de los humanos pudieron suplir el efecto que los animales hicieron. Este fue el gran descubrimiento. 
Muy pronto, otros investigadores comenzaron a estudiar como nuestras interacciones con los animales impactan en nuestra salud física y emocional encontrando que, efectivamente, pueden reducir nuestro riesgo de enfermedades cardiovasculares y aumentar nuestra longevidad gracias a que pueden controlar la presión arterial, nuestra frecuenca cardiaca y nuestro colesterol. Además, los animales pueden reducir nuestra capacidad para reaccionar ante al estrés y recuperarnos de agentes estresores. 
Se ha visto que animales pueden ayudarnos a calmarnos. Tener un animal de compañía relaja nuestro sistema autónomo -bajando los niveles de cortisol y epinefrina-. Además ayudan a mejorar nuestra salud mental haciendo que disminuya la soledad, la depresión y la ansiedad
¿Por qué los animales tienen este efecto en nosotros? 
La psicóloga Andrea Beetz sugiere que la oxitocina juega un papel fundamental. La oxitocina es una hormana que tradicionalmente se ha asociado con la lactancia y la producción de leche de madres primerizas. Estudios recientes sobre esta hormona han mostrado que sus efectos van mucho más allá. 
La oxitocina circula en hombres y mujeres por igual. La lista de los efectos de esta hormona es larga: baja el ritmo cardiaco y hormonas del estrés, e incrementa la interacción social y el vínculo. También reduce agresión, el estrés e incrementa la generosidad. Puede ayudarnos a sentirnos felices. 
En un famoso estudio llevado acabo por el economista Paul Zak, la mitad de los participantes inhalaron oxitocina difundida en spray, mientras, la otra mitad recibió un placebo y se les pidieron que compartieran dinero con un extraño. Aquellos que habían recivido la hormona ofrecieron a los extraños un 80% más dinero. Los hallazgos de este estudio confirman lo que previamente habían encontrado Zak y sus colegas: que la oxitocina potencia el altruismo y la empatía. 

En estudios posteriores, Paul Zak y sus colegas encontraron que la oxitocina es mayor tras actividades sociales. Este incremento del nivel de oxitocina depende del tipo de interacción y de la proximidad de la persona con la que estamos interactuando. "Cuando tu hija pequeña corre a abrazarte" Zak escribe, "tu oxitocina podría incrementarse un 100%. Cuando un extraños te estrecha las manos, podría aumentar en un 5 o 10%". No solo la oxitoncina facilita el comportamiento social, también está afectado por la respuesta de la persona con la que interaccionas. Cuando más significativo sea tu interacción con la otra persona, más oxitocina vas a producir. 

Paul Zak siguio comprobando si la oxitocina incrementa cuando los humanos interactuan con animales. No solo sus resultados fueron confirmados; Zak encontró que la oxitocina también aumenta cuando los animales interactuan entre ellos. Zak cogió muestras de sangre de perros y cabras que normalmente jugaban juntos. Quince minutos después de jugar, la oxitocina subió en un 48% en el perro, supuniendo que el perro estaba encariñado con la cabra y la veía como un amigo. Pero lo que encontraron en la cabra fue muy interesante. Zak escribió:
"Más potente fue la reacción de la cabra que la del perro: sus niveles de oxitocina se incrementaron un 210%. [...] nosotros encontramos que la cabra debería estar enamorada con el perro. La única vez que he visto este nivel de oxictocina en humanos fue cuando estos estaban enamorados. O es una atracción romantica o muestra una enorme bondad".  
Y aquí es donde tenemos la parte importante de los estudios sobre el lazo entre humanos y animales. Como ocurre con las interacciones entre humanos, los tipos de interacciones entre humanos y otros animales pueden causar mejores beneficios si sentimos amor y empatía hacia el animal (y, viceversa). En otras palabras, cuando más fuerte es el vínculo, mayores serán los beneficios. 
Así que adelante, ama a los animales. Es bueno para ti -y para ellos-.
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Artículo traducido por "Una mirada desde otros ojos" con fines meramente divulgativos. Versión original: http://www.huffingtonpost.com/aysha-akhtar/loving-animals-is-good-fo_b_13411346.htmlined

domingo, 4 de septiembre de 2016

Todo positivo, ¿nada negativo?

Como reacción a las corrientes de adiestramiento que no tenían en cuenta las emociones ni la cognición de los animales, caracterizadas por el uso del castigo -al cual le asociamos collares de pinchos, eléctricos etc-, nace una nueva consigna que hoy en día se ha convertido en un buen gancho comercial: "todo positivo. No usamos nada negativo". 


No voy a justificar jamás aquellos que usan el castigo de forma indiscriminada, sin tener en cuenta todas las dimensiones del perro -física, social, cognitiva y emocional-. Tampoco voy a justificar a aquellos que no quieren generar el mas mínimo de estrés llegando al punto de privarle o reducirle las horas de actividades, como puede ser el paseo. Me quiero posicionar en un punto entre medias de los dos extremos pero para ello debemos entender la ciencia, la etología y dejarnos de sensacionalismos.

El estrés no es malo. El problema es cuando se hace crónico. La vida del león, la del perro y la del caracol están llenas de estrés. Obviar que el perro no va a tener situaciones de estrés es dar la espalda a la naturaleza. Cuando nos vamos a trabajar y nuestro compañero se queda o incluso al coger la correa para salir a pasear estamos generando situaciones de estrés. Si estas situaciones son inevitables, ¿no sería más lógico darle herramientas para saber afrontar estas situaciones?  
La gran mayoría de problemas de comportamiento vienen de la mano de una mala gestión emocional. Si al coger la correa para salir a pasear se hace pis, salta encima de nosotros, no es capaz de tranquilizarse... sucede que el perro no es capaz de crear conductas adaptativas (concordantes con la situación) al no tener suficiente control emocional. 

Durante las sesiones de adiestramiento ponemos al perro ante una serie de problemas que genera un nivel de estrés suficientemente bajo como para que pueda resolver la situación y poco a poco aumentar la dificultad. Las conexiones neuronales que se forman cuando el animal ha resuelto un conflicto son extrapolables a la vida diaria. Así el adiestramiento se convierte en una especie de simulacro de la vida real. 

Un adversivo es algo que genera malestar en el perro pero sin sobrepasar el nivel de molestia. Poner un post-it en la nariz del perro podría ser un ejemplo: a ningún perro le gusta pero generalmente no le va crear ninguna secuela. Cuando el perro es capaz de buscar una solución para librarse de ese pequeño adversivo, como puede ser quitárselo con la pata, está activando mecanismos que en un futuro le servirá para resolver más rápido los conflictos y aumentar su resistencia al estrés. Que un estímulo sobrepase el nivel de molestia en un perro no significa que en todos sea así. Hay factores como la raza, la historia personal de cada animal, problemas físicos... que habrá que tener en cuenta. Hay una regla de oro a la hora de usar adversivos: como mínimo el 80% de nuestra relación debe ser positiva frente a un 20% de estímulos negativos. 

Regañar, gritar o castigar al perro por algo que no sabe hacer o algún comportamiento etológicamente lícito (comerse un trozo de comida que hemos dejado en la encimera, por ejemplo) es maltrato. Jamás podemos exigir a nadie hacer algo si previamente no se lo hemos enseñado. 
Usar el castigo de manera incorrecta puede generar graves problemas emocionales, físicos e incluso verse afectado el plano social; por ello siempre hay que contar con un profesional que valore cada caso de manera individual. 

sábado, 23 de julio de 2016

Quiero ser adiestrador


Atrás quedan los tiempos en los que para dedicarte al mundo de los animales necesitabas estudiar veterinaria. Hoy en día el creciente interés por el bienestar de nuestros amigos de cuatro patas ha hecho que cada vez sean más demandados otro tipo de especialistas como adiestradores o terapeutas. 


Antes de empezar es muy importante que tengas en cuenta que no existe ninguna regulación oficial para ejercer como adiestrador. Mientras que en el campo de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) se ha logrado dar un gran avance instaurando el primer máster oficial, en lo que respecta al campo del comportamiento animal cualquier persona sin ningún tipo de formación podría acceder al mercado laboral o formar su propia empresa de adiestramiento. Es cierto que en algunas Comunidades Autónomas, como en el País Vasco, hay algunos cursos aparentemente acreditados por su Comunidad pero sin una validez oficial ni de mayor calidad que otros cursos "no oficiales". Algunas universidades ofertan máster de etología clínica cuya calidad no tiene nada que envidiar a los cursos ofertados por empresas privadas, sin posibilidades de realizar un doctorado y con tasas demasiadas elevadas (quizás porque siempre en los CV nos gusta ver la palabra "máster").
La Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales (ANACP) actualmente acredita algunos cursos.

Durante estos últimos años el número de empresas que iban ofertando formación era cada vez más y más alto hasta llegar al punto en el que los precios eran muy elevados y muchas personas caían en lugares donde la palabra "adiestramiento" quedaba bien alejada y donde jugaban con tecnicismos y falsas oficialidades para atraer al cliente. 

Dentro del mundo de adiestramiento te tendrás que decidir el campo al que te quieres dedicar o especializarte. Es posible que al principio no tengas claro si lo tuyo es un adiestramiento deportivo, si quieres dedicarte al adiestramiento comercial, detección de explosivos, rastro, IAA... Hay muchas modalidades y muy diferentes. Los principios básicos son iguales para todas las modalidades aunque poco a poco irás descubriendo los diferentes matices en cada una de ellas.
También te encontrarás con que hay diferentes escuelas. En este blog somos unos firmes defensores del adiestramiento canino cognitivo-emocional pero durante tu formación es bueno estar en contacto con diferentes escuelas y puntos de vista para elegir aquella con la que más te identifiques. Es más, ¿por qué no crear tu propia metodología?

Lo importante es tener una buena base. Asegúrate de elegir un curso con tanta práctica como teoría y que no sea un solo fin de semana. Para ser un buen profesional te tocará estudiar aunque, bueno, "sarna con gusto no pica", ¿verdad? Si lo que quieres es simplemente educar a tu perro quizás no necesites un curso de formación tan largo sino algún taller o sesiones individuales. Es muy bueno preguntar a otras personas que hayan realizado actividades con la empresa que elijas, leer el temario y compararlo con otros, mirar los logros y curriculums de tus futuros profesores... 

Pero no te quedes en los cursos y ve más allá. Llena tu estantería de libros. Comienza adiestrando a tu propio perros, después a los de tus vecinos y familiares hasta que adquieras una práctica. Ponte en contacto con otros profesionales o "gente del mundillo" (siguiéndoles en las redes sociales, por ejemplo). Sé paciente, aprende de tus errores. Y, sobretodo, ten la mente abierta y sé humilde. 


NOTA: Por cuestiones prácticas, durante este artículo, he incluido dentro de los adiestradores aquellas personas que se dedican al mundo del adiestramiento (de cualquier tipo) y la modificación de conducta. Cabría hacer otro post aclarando la diferencia entre los distintos tipo de adiestradores. Además, los terapeutas de animales, tan infravalorados a la par que desconocidos, deben tener una mención especial. Pero de eso ya hablaré en otra ocasión. 
  

jueves, 2 de junio de 2016

La visión en los gatos




Los ojos enigmáticos de los gatos han sido objeto de múltiples leyendas

Los gatos tienen un sistema de visión dicromático esto significa que no son capaces de distinguir el color rojo y confunden el rojo, el verde y el amarillo.

Su agudeza visual es de 5 a 10 veces menor que la nuestra. Se podría decir que su visión es parecida, en este aspecto, a las personas miopes debido a que de lejos tiene una visión borrosa y ve con mayor precisión a una distancia que oscila entre 10 y 75 cm.
Mientras que el campo visual el del ser humano está entre 60 y 100 grados, el de los gatos se encuentra entre 155 y 287 grados . Varía con la forma del cráneo, según la raza de la que se trate: los gatos de hocico corto (persas, bombay...) tienen un campo visual más restringido que los de hocico largo.
El campo visual común de los dos ojos se sitúa entre 90 y 130 grados lo que le permite tener un alto grado de visión binocular y por tanto visión en profundidad, tridimensional. El gato ve en relieve (aunque borroso) hasta una distancia de 20 m. 


Al ser cazadores nocturnos su sistema visual está preparado para condiciones de baja luminosidad. Un reflejo de ello sería los ojos “rasgados”, es decir, la pupila vertical que le permite filtrar la más mínima luz del entorno. En condiciones de baja luminosidad la pupila es capaz de ensancharse muchísimo más que la de los seres humanos. La retina está recubierta de una capa fosforescente denominada tapetum lucidum que, como si se tratara de un espejo, reenvía los rayos luminosos a los receptores de luz de la retina. Un gato en la penumbra ve seis veces mejor que nosotros. Su fóvea está constituida por conos y bastones mientras que en nuestro caso solo está formado por conos sensibles al color, los cuales son inefectivos durante la noche.
En este punto existe una tendencia a pensar que son capaces de ver en absoluta oscuridad, no obstante no es del todo cierto ya que necesitan un mínimo luminosidad (como puede ser la luz de la luna): si encerramos a un gato en una habitación completamente aislada de toda luz el animal no podrá ver y se valdrá de otros de sus sentidos mucho más desarrollados (de ahí que muchos propietarios tengan la sensación que sus gatos ven la más absoluta oscuridad).
3.       

Si resulta complicado estudiar los trastornos de la percepción en seres humanos por su alta subjetividad cuando trabajamos con gatos se nos complica todavía más. La experiencia de muchos profesionales del campo de la etología así como veterinarios y biólogos nos acercan un poco más a comprender que existen trastorno de la conducta relacionados con la percepción de los gatos. Cuando no satisfacemos las necesidades biológicas de los gatos como subirse a sitios altos o afilarse las uñas es cuando se producen la gran mayoría de problemas de comportamiento.
Los gatos sordos pueden tener una vida completamente normal aunque tienden a vocalizar excesivamente y muy alto.
Los gatos ciegos son los que, por lo general, tienen más facilidad para adaptarse que los sordos  gracias a su excelente oído y su sentido de la percepción de los objetos a través de su cola y belfos. Cuando un gato está cazando todos sus sentidos están enfocados hacia su presa. Esta es la razón por la que deben protegerse de otros depredadores y para ello emplean su cola. Al moverla de un lado a otro son capaces de detectar el movimiento de cualquier animal que se acerque. Tienen una sensibilidad al movimiento de 0,4 cm/s (14,4 m/h): ven moverse lo que a nosotros nos parece aparentemente inmóvil.
Las leyendas de los gatos relacionadas con el mundo oscuro o fantástico han dejado una fuerte huella en nuestra idea acerca de los gatos. Muchas personas siguen viendo a este animal como misterioso, oscuro y relacionado con fuerzas sobrenaturales. Las historias o anécdotas de gatos que ven espíritus no son más que un buen ejemplo de conflicto entre nuestra percepción y la suya.  
4.      

miércoles, 20 de enero de 2016

Psicología para tiempos de crisis

Todo comienza con una actitud. No importa que no tengas conocimientos sobre un tema en particular; tu mente será capaz de posicionarse hacia ella. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental pero no el único. El hecho de saturarnos de información no garantiza un juicio mejor sino que puede producir el efecto contrario. Algunos estudios han demostrados que tenemos más posibilidades de realizar juicios de peor calidad cuando nos saturamos por mucha información o tenemos un déficit de la misma. Es importante que un periodista, si su objetivo es social y no meramente informativo, sepa llegar al término medio. También debe conocer algunas técnicas de persuasión así como los modelos de posibilidad de elaboración y entender que, usadas adecuadamente, pueden llegar a ser herramientas con un impacto social positivo.

Otro de los pilares básicos es la educación. Toda nuestra sociedad tiene un efecto educador y moldeador de nuestros principios, ideales y creencias. Los maestros, padres, madres y educadores en general son los primeros que deben tener un conocimiento de los procesos evolutivos que solo la psicología puede orientar. Quedarse estancados en viejas concepciones y no aprovechar los recursos que las nuevas investigaciones que en neurociencia se están desarrollando es uno de los errores que más incurrimos. Independencia, pensamiento crítico, inteligencia emocional y creatividad deberían ser las primeras palabras recalcadas en todos los currículos escolares. Sin olvidarnos, por supuesto, en la interacción recíproca entre familias y educadores.

Como podemos observar la psicología está presente en nuestro día a día y se puede relacionar con todas las disciplinas. Gracias a ella podemos llegar a entender los motivos y las razones por la cual una persona realiza algo o incluso hacer predicciones sobre como esa persona actuará en un momento determinado. Posicionarse en el lugar de la víctima, para protegerla, pero también en el verdugo. Parecemos tener miedo a que si nos podemos en su lugar estamos justificando sus actos. La empatía consiste en entender al otro aunque ello nunca hará que sus actos sean lícitos. Creemos que somos muy distintos del violador o el asesino, nos enfadamos, criticamos y observamos desde nuestros juicios pero todo se quedará ahí. Y, al ver que nadie hace nada, nos seguimos quejando. Gracias a la psicología podemos entender que al haber múltiples observadores de un mismo hecho se disemina la responsabilidad social individual haciendo que sea mucho más difícil que actuemos. También podemos llegar a entender cómo funcionan los grupos y de esta manera realizar intervenciones psicosociales para disminuir las desigualdades y el maltrato de cualquier tipo.

Somos seres sociables. Entender nuestra naturaleza es algo tan básico que a veces nos olvidamos de ella. Necesitamos sentirnos queridos, necesitamos establecer vínculos de calidad con los seres que nos rodean. La soledad es un problema tan grave como cualquier otra enfermedad física. Los psicólogos tienen la herramienta para tratarla. Los psicólogos salvan vidas. Son ellos los encargados de procurar el bienestar psicológico en nuestro lugar de trabajo. Si no conocemos las bases de nuestro comportamiento, ¿cómo podemos desarrollar las habilidades y destrezas de cada individuo? 

Para finalizar, a los que todavía no conocen este mundo les diré que si quieren cambios sociales deberán pasar por los libros de psicología y, por favor, no pregunten más de qué sirve la psicología.