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jueves, 1 de agosto de 2013

Identidad social

No cabe duda que el ser humano es un animal gregario. Solo debemos ver la estructuración de nuestra sociedad para caer en la cuenta: presidentes, jefes, familia... Vivimos en manada y gracias a esta formamos nuestra identidad social y personal. 
La teoría de la identidad social fue creada por los psicólogos sociales Henri Tajfel y John Turner en 1970.  Se basa en la necesidad de pertenecer a un endogrupo, es decir, al sentimiento de pertenencia a un grupo de personas con los mismos valores, códigos etc que nosotros. Por ejemplo, cuando decimos "Yo soy católico" o "Yo soy español" queremos decir que nos identificamos y nos incluimos dentro de ese grupo de personas con las mismas creencias, donde nos sentimos agusto y defendemos cuando se ve amenazado. El sentimiento de pertenencia a un endogrupo depende principalmente de la educación y del entorno. 

También existe el exogrupo; aquel grupo al cual no nos sentimos identifados, no compartimos los mismos códigos ni creencias. Como es lógico tendemos a valorar negativamente a los exogrupos, vemos más diferencias entre el endogrupo y el exogrupo que entre miembros de nuestro propio endogrupo aun cuando estas diferencias puedan ser las mismas y defenderemos a nuestro endogrupo. Esta disonancia cognitiva se la denomina sesgo endogrupal. 
Es en este punto cuando se produce la discriminación y los conflictos entre distintos grupos sociales. Según el científico Pettigrew en su hipotésis del contacto afirma que el contacto entre diferentes grupos lleva a actitudes más positivas entre unos y otros. 

La identidad social también influye en la autoestima, el sentimiento de pertenecia a un grupo hace sentirnos mejores con nosotros mismos. Muchas de la crisis personales, sobre todo en las personas adolescentes, va ligada a la no pertenencia a un grupo social. "¿Quién soy?" "Nadie me comprende" son algunos de los pensamientos ante una falta de identidad social. Ante esta situación muchas veces se reacciona intentando cambiar nuestra personalidad aparente, es decir, cambiando la forma de vestir, de peinarse, de hablar... con el fin de encajar en un endogrupo. Sin embargo no nos sentiremos agusto pues no es nuestra propia identidad: debemos centrarnos en el desarrollo de nuestra personalidad, y nuestra busquedad de valores, es decir, en nuestro autoconocimiento y desarrollo personal. 

Por lo tanto podríamos considerar que el desarrollo de la personalidad (la cual sabemos que tampoco es inmutable) va ligada a la identidad social. 
Puede cambiar a lo largo de la vida de una persona ya sea por una crisis interna, un cambio de entorno socio-cultural... 


Bibliografía


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