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sábado, 31 de agosto de 2013

Filosofía equina

El mundo del caballo, como cualquier otro ámbito, está plagado de puntos de vista y metodologías muy variadas. Si me preguntaran cual es la más válida sin duda elegiría aquella que respete al caballo como individuo y como especie. Estos principios básicos y aparentemente lógicos no son cumplidos por todos los que se hacen llamar amantes de los caballos de forma que perjudican al animal, que aseguran querer, y a la visión del mundo equino. 
La etología es una ciencia muy nueva que todavía no está lo suficientemente desarrollada. Cada día aparecen nuevas investigaciones y con ellas nuevos sistemas de trabajo. Muchos cuidadores o adiestradores de caballos aprendieron técnicas válidas y aceptadas por profesionales cuando salieron a la luz pero que gracias a los nuevos descubrimientos sobre el funcionamiento de la mente y de las emociones han quedado obsoletas. El cerebro humano es plástico, es decir, tenemos la capacidad de cambiar nuestras opiniones, gustos, preferencias e incluso la personalidad aunque nos cuesta mucho trabajo y nuestra mente no está acostumbrada. Tener la mente abierta, estar al día de los nuevos descubrimientos y conocer distintos puntos de vista (aunque no estemos de acuerdo con ellos) nos ayuda a crear nuestro propio sistema de trabajo respetuoso con el caballo como individuo y como especie.

Muchas personas tienen la visión especista del caballo como objeto. Este problema podemos observarlo claramente en los concursos de cualquier disciplina hípica. Como en todos los ámbitos hay personas que hacen las cosas por verdadera vocación y otras que simplemente quieren sacar algún beneficio puramente material. Estas últimas personas tienen la visión del caballo como medio o recurso con el que pueden ganar dinero. Cuando no hay vocación tampoco hay escrúpulos. Dopar caballos, encerrarlos todo el día en minúsculos box, forzarlos para que den más de lo que pueden... se convierten en prácticas habituales a menudo camufladas para que parezca que realmente respetan a los caballos. 

Dentro del mundo de la doma encontramos verdaderas barbaridades que no podemos negar, no obstante, no todo es negro. Existen muchas personas que trabajan duramente para encontrar una forma de montar respetuosa con el caballo como individuo. No se trata de montarse en el lomo del animal y empezar a darle patadas y tirones mientras lleva en la boca un incómodo hierro con mucho castigo. Montar a caballo consiste en hacer equipo con el caballo, siempre mirando por su bienestar y siendo él quien te deje montar porque sois un equipo. Consiste en intentar montar con el menor castigo posible. Ver al caballo como individuo único e irrepetible con una personalidad propia y con unas características especificas. 
El caballo no nos necesita, es perfectamente capaz de vivir en la naturaleza pero la domesticación y la privatización de los bosques han hecho una completa dependencia. Tenemos la responsabilidad de su bienestar y debemos darles lo que ellos necesitan en la naturaleza. No encerrarlos en box, no usarlos como objetos. 

Miremos al caballo desde un punto de vista holístico y miremoslos como maestros y reflejos de nuestras emociones. 
No permitamos que el mundo del caballo se ensucie (ni que ningún otro animal vuelva a sufrir) por personas que no saben amar y respetar a los caballos. Otra realidad es posible. 

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